Descubre el encanto de las casas cueva en Gran Canaria

Las casas cueva en Gran Canaria representan una de las formas más auténticas, fascinantes y sostenibles de alojamiento para quienes desean vivir una experiencia distinta en esta isla del archipiélago canario. Estas viviendas, que se encuentran excavadas directamente en la roca volcánica de las montañas, han pasado de ser simples refugios de los antiguos aborígenes a convertirse en alojamientos confortables que combinan historia, naturaleza, arquitectura bioclimática y turismo rural. Alojarse en una casa cueva es una invitación a desconectar del ritmo acelerado de la vida moderna y sumergirse en la serenidad que ofrece el corazón de la isla.

Cada vez más viajeros, tanto locales como internacionales, optan por este tipo de turismo rural en Gran Canaria como una forma de reconectar con la naturaleza, disfrutar de paisajes espectaculares y conocer una parte fundamental de la historia y la cultura insular. Este tipo de alojamiento no solo ofrece una alternativa diferente a los hoteles convencionales, sino que también permite vivir una experiencia más consciente y sostenible, en sintonía con el medioambiente.

Historia y tradición de las casas cueva

El origen de las casas cueva en Gran Canaria se remonta a la época prehispánica, cuando los aborígenes canarios —los antiguos canarios o guanches— ya utilizaban este tipo de estructuras excavadas en la roca volcánica como viviendas, almacenes o lugares ceremoniales. Las cuevas ofrecían protección contra las inclemencias del clima, seguridad ante posibles ataques y un entorno térmicamente estable. Los materiales volcánicos porosos, como la toba, eran fáciles de excavar y ofrecían un aislamiento natural frente al calor del día y el frío de la noche.

Con la llegada de los colonizadores castellanos en el siglo XV y la posterior integración de las islas en el Reino de Castilla, estas viviendas no solo sobrevivieron, sino que evolucionaron. A lo largo de los siglos, muchas cuevas fueron adaptadas, ampliadas y mejoradas, incorporando elementos propios de la arquitectura tradicional canaria, como puertas de madera, cocinas de leña, hornos, chimeneas y patios al aire libre.

Hoy en día, muchas de estas casas han sido cuidadosamente restauradas, respetando su estructura original pero añadiendo todas las comodidades modernas, como baños completos, cocinas equipadas, internet y sistemas de iluminación eficientes. Esto permite a los visitantes experimentar la vida tradicional sin renunciar al confort.

Artenara: epicentro del turismo rural y las casas cueva

Si hay un lugar en Gran Canaria que resume a la perfección el espíritu de las casas cueva, ese es Artenara. Este pequeño municipio, situado a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar, es el más alto de la isla y uno de los menos poblados, lo que le confiere un carácter especialmente tranquilo y auténtico. Su localización en las cumbres de la isla permite disfrutar de unas vistas impresionantes del Parque Natural de Tamadaba, el Roque Bentayga, el Roque Nublo y, en días claros, incluso del Teide en la vecina isla de Tenerife.

Artenara es considerado el corazón del turismo rural en Gran Canaria. Aquí se encuentran muchas de las casas cueva más emblemáticas, algunas de ellas convertidas en museos, alojamientos rurales o centros de interpretación cultural. Una visita al Museo Etnográfico Casas Cuevas es altamente recomendable para quienes deseen conocer más sobre la historia de estas viviendas y el modo de vida tradicional canario.

Ventajas de alojarse en una casa cueva

Son muchas las razones por las cuales elegir una casa cueva para pasar unos días en Gran Canaria puede convertirse en una experiencia inolvidable. Estas son algunas de sus principales ventajas:

  • Temperatura estable durante todo el año: Gracias a su construcción subterránea o semienterrada, las casas cueva mantienen una temperatura constante de entre 18 y 22 grados centígrados, independientemente del clima exterior. Esto significa que son frescas en verano y cálidas en invierno, lo que reduce la necesidad de sistemas de climatización artificial, contribuyendo al ahorro energético.

  • Respeto por el entorno natural: Al estar excavadas en la roca y no requerir grandes estructuras visibles, estas viviendas se integran armónicamente en el paisaje sin alterarlo. Representan una forma de arquitectura bioclimática y sostenible, muy en línea con los valores del ecoturismo y la conservación del medioambiente.

  • Silencio y tranquilidad absolutas: El aislamiento natural de la roca proporciona un entorno especialmente silencioso. Esto convierte a las casas cueva en el refugio ideal para quienes buscan relajarse, leer, meditar o simplemente disfrutar de la calma.

  • Experiencia auténtica: Alojarse en una casa cueva es vivir la historia y la cultura canaria desde dentro. No es simplemente dormir en un lugar diferente, sino formar parte de una tradición milenaria.

  • Vistas panorámicas y entornos naturales únicos: Muchas de estas casas están ubicadas en zonas elevadas, con vistas espectaculares a valles, barrancos y montañas, lo que permite disfrutar de amaneceres y atardeceres inolvidables.

Actividades complementarias en el entorno rural

Una estancia en una casa cueva puede ir acompañada de múltiples actividades que permiten aprovechar al máximo lo que ofrece la naturaleza y la cultura de la isla:

  • Senderismo: Gran Canaria está atravesada por una extensa red de senderos bien señalizados. Entre las rutas más populares están el Parque Natural de Tamadaba, el sendero al Roque Nublo y el Barranco de Guayadeque, todos ellos accesibles desde Artenara o localidades cercanas.

  • Gastronomía local: Probar los sabores de la tierra es esencial. En los restaurantes rurales de la zona se pueden degustar platos típicos como el potaje de berros, el conejo en salmorejo, el queso de flor, las papas arrugadas con mojo y el gofio escaldado, una herencia directa de los antiguos canarios.

  • Observación astronómica: La altitud y la baja contaminación lumínica hacen que el cielo nocturno de Gran Canaria, especialmente en Artenara, sea ideal para la observación de estrellas. Algunos alojamientos incluso ofrecen telescopios o sesiones guiadas.

  • Visitas culturales: Además del Museo Etnográfico, es posible conocer iglesias, ermitas, centros artesanales y mercados tradicionales donde se vende producto local.

Consejos para disfrutar al máximo la experiencia

Si decides alojarte en una casa cueva en Gran Canaria, especialmente en zonas como Artenara, aquí van algunos consejos prácticos:

  • Reserva con antelación: Estas viviendas, al ser pocas y muy demandadas, se llenan con rapidez, sobre todo en épocas vacacionales o fines de semana largos.

  • Lleva ropa adecuada: Aunque el interior mantiene una temperatura estable, las noches en las cumbres pueden ser frescas, especialmente en invierno.

  • Desconéctate del estrés: Aprovecha para apagar el móvil, desconectarte de la tecnología y sumergirte en la tranquilidad del lugar. Muchos alojamientos no tienen cobertura total o Wi-Fi, lo que puede convertirse en una oportunidad para una verdadera desconexión digital.

  • Explora el entorno: No te limites a la casa. Sal a caminar, visita miradores, habla con los vecinos y conoce las historias que esconde cada rincón.

Alojarse en una casa cueva en Gran Canaria es mucho más que pasar una noche diferente: es una experiencia cultural, histórica y sensorial. Es una forma de entender la relación ancestral del ser humano con su entorno, de valorar lo simple y de reconectar con lo esencial. En un mundo cada vez más acelerado, este tipo de turismo nos recuerda que la auténtica riqueza está en la tranquilidad, en la naturaleza y en las raíces.

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