La historia detrás de las casas cueva de Artenara

Artenara, un pueblo que se aferra a las alturas de Gran Canaria, no solo ofrece vistas impresionantes, sino también un fascinante viaje a través del tiempo. En lo alto de la isla, entre barrancos, riscos y pinares se encuentran sus casas cueva, excavadas en el corazón de la roca volcánica, estas viviendas, tan humildes como ingeniosas, son testigos silenciosos de una historia ancestral, un legado que Artenatur se enorgullece de preservar y compartir. Descubre con nosotros la historia que se esconde tras estas singulares viviendas, una historia de adaptación, ingenio y conexión profunda con la naturaleza en Gran Canaria.

Orígenes ancestrales: Los aborígenes canarios y las cuevas

La historia de las casas cueva en Artenara se remonta a los antiguos pobladores de la isla, los aborígenes canarios. Mucho antes de la llegada de los conquistadores castellanos, Los aborígenes canarios, conocidos como los canarii o guanches en otras islas ya utilizaban las cuevas naturales y las oquedades de la roca como refugio y vivienda. Se adaptaron al entorno y en lugar de construir sobre la tierra, los aborígenes canarios aprendieron a modificar y ampliar estas cuevas, creando espacios habitables más confortables y seguros. Estas primeras cuevas rurales eran sencillas, pero funcionales, ofreciendo protección contra las inclemencias del tiempo, utilizando las oquedades naturales como viviendas, almacenes, sepulturas y espacios rituales.

La influencia de la conquista castellana

Tras la conquista de Gran Canaria por parte de los castellanos en el siglo XV, la tradición de las casas cueva se mantuvo, aunque con algunas modificaciones. Los nuevos pobladores adoptaron esta forma de construcción, adaptándola a sus necesidades y a las nuevas técnicas y materiales disponibles.
Durante los siglos siguientes, las casas cueva se convirtieron en la vivienda principal de muchas familias canarias, especialmente en las zonas rurales del interior de la isla. En Artenara, la tradición de las casas cueva se arraigó profundamente, convirtiéndose en un símbolo de la identidad del pueblo.

Adaptación al medio: Ingenio y sostenibilidad

La construcción de casas cueva requería de un gran ingenio y conocimiento del medio. Los habitantes de Artenara aprendieron a identificar las zonas de la roca más adecuadas para la excavación, teniendo en cuenta factores como la estabilidad del terreno, la orientación y la disponibilidad de agua.
La técnica de excavación era laboriosa, pero efectiva. Se utilizaban herramientas rudimentarias, como picos y palas, para extraer la roca, creando espacios interiores amplios y confortables. La roca extraída se utilizaba para construir muros y terrazas, aprovechando al máximo los recursos disponibles.
Las casas cueva ofrecían una serie de ventajas importantes en un entorno rural y montañoso. Su aislamiento natural proporcionaba protección contra el frío en invierno y el calor en verano. Además, su construcción en la roca las hacía resistentes a los terremotos y otros fenómenos naturales.

Las casas cueva como reflejo de la sociedad

Las casas cueva de Artenara no eran solo viviendas, sino también un reflejo de la sociedad y la cultura de la época. Su distribución y decoración reflejaban la estructura familiar y las actividades económicas de sus habitantes.
En el interior de las casas cueva, se distinguían diferentes espacios, como la cocina, el dormitorio y el almacén. La cocina era el centro de la vida familiar, donde se preparaban los alimentos y se compartían momentos de convivencia. Los dormitorios eran espacios sencillos, destinados al descanso. Los almacenes se utilizaban para guardar alimentos, herramientas y otros objetos de valor.
La decoración de las casas cueva era austera, pero funcional. Se utilizaban materiales naturales, como la madera, la piedra y el barro, para crear muebles y utensilios. Las paredes se encalaban para darles un aspecto más limpio y luminoso.

El declive y la recuperación de las casas cueva

Con la llegada de los conquistadores castellanos en el siglo XV, la vida en las islas cambió radicalmente. Sin embargo, en muchas zonas del interior de Gran Canaria, como Artenara, la tradición de vivir en cuevas no solo sobrevivió, sino que se adaptó a las nuevas realidades sociales, tecnológicas y religiosas.

A partir del siglo XX, con la llegada de nuevos materiales de construcción y la migración de la población rural a las zonas urbanas, las casas cueva comenzaron a perder importancia como vivienda. Muchas de ellas fueron abandonadas y cayeron en ruinas.
Sin embargo, en las últimas décadas, ha habido un creciente interés por recuperar y preservar las casas cueva como patrimonio cultural e histórico. Se han llevado a cabo proyectos de restauración y rehabilitación, transformando antiguas casas cueva en alojamientos rurales con encanto.

Artenatur: Preservando la historia a través del turismo rural

Artenatur se enorgullece de formar parte de este movimiento de recuperación y preservación de las casas cueva de Artenara. Nuestras casas rurales, excavadas en la roca volcánica, ofrecen una experiencia única a aquellos que buscan conectar con la historia y la cultura de Gran Canaria.
Al alojarte en una casa cueva de Artenatur, no solo disfrutarás de la comodidad y el encanto de un alojamiento rural, sino que también contribuirás a la conservación de un patrimonio único y valioso. Apoyar el turismo rural en Gran Canaria es apoyar la preservación de estas construcciones.

El Centro de Interpretación de las Casas Cueva de Artenara

Si quieres profundizar aún más en la historia de las casas cueva de Artenara, te recomendamos visitar el Centro de Interpretación de las Casas Cueva, un espacio museístico ubicado en el propio pueblo. Aquí podrás conocer de primera mano cómo se construían estas viviendas, cómo se organizaban por dentro, cómo vivían sus antiguos habitantes y cómo se están restaurando hoy en día.

A través de paneles explicativos, recreaciones, herramientas originales y testimonios, el centro te permitirá entender por qué estas casas son mucho más que refugios de piedra: son símbolo de resiliencia, identidad y sabiduría popular.

 

Las casas cueva de Artenara no son solo un tipo de alojamiento: son una puerta abierta al pasado, un homenaje a quienes supieron vivir en armonía con la tierra, respetando sus ritmos y aprovechando sus bondades sin agotarlas.

Artenatur te invita a descubrir esta historia única y a formar parte de ella.
Ven, desconecta del ruido, conecta con la tierra, y vive una experiencia inolvidable en el corazón de Gran Canaria.

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